Cómo crear contenidos persuasivos

Cómo crear contenidos persuasivos

Seducir y persuadir al cliente siempre es el objetivo, y para poder lograrlo hay que tener claros varios conceptos

La forma en la que nos dirigimos al cliente va a determinar que deposite o no su confianza en nosotros. El importantísimo crear un vínculo con el receptor desde la misma primera palabra, pero no es sencillo lograrlo. Con la cantidad de publicidad invasiva e intrusiva que circula por internet es difícil generar un mensaje persuasivo que realmente arraigue en nuestro público objetivo, pero no imposible. Para lograr crear mensajes persuasivos y atractivos hay tres pautas que debes seguir:

La confianza es la base, sé creíble

Como en las relaciones, en los negocios la confianza es un pilar determinante. Si el cliente no confía en nosotros o cree que mentimos, se acabó. No engordes cifras, no presumas de algo de lo que careces, trata de ser siempre lo más transparente posible. Si la relación con el cliente es honesta, él no te visualizará como un embaucador/a sino como una oportunidad. Generar confianza en el cliente es el primer paso de cara a una relación fructífera, que no te ciegue el objetivo, trata de ser siempre transparente.

No somos máquinas, trata de emocionar

Nadie se siente identificado con un mensaje genérico, hay siempre que buscar la empatía. Cada cliente es un mundo, y cada uno debe tratarse de manera diferente en mayor o menor grado. Para generar empatía y emoción trata de utilizar metáforas y analogías en tus mensajes, dejando claro que el emisor (tú), es una persona de carne y hueso, con sentimientos. Tu discurso debe despertar el interés del cliente, generar curiosidad. La forma rápida de conseguirlo es apelar siempre a las emociones.

No es cuestión de engatusar, hay que convencer

Por último, para que el mensaje cale hondo en el cliente tendremos que introducírselo mediante lógica. De nada sirve arrojar un montón de datos que al cliente no le importan para sacar pecho, hay que convencerle para que vea las ventajas de nuestra propuesta. Repite tu mensaje las veces que sea necesario y adáptate al cliente para explicárselo de forma lógica. Nunca viene mal usar ejemplos, utilizar símiles con la rutina cotidiana ayuda a generar confianza en el cliente (primer apartado) y a crear empatía (punto dos). Matas tres pájaros de un tiro.